La Veeduría Vial del Meta advirtió sobre la urgencia de habilitar rutas alternas para enfrentar la crisis de movilidad en la vía al Llano, que continúa afectada tras el derrumbe en Chipaque (Cundinamarca). Aunque la variante fue abierta parcialmente, el organismo asegura que la medida no es suficiente y se requieren soluciones adicionales que garanticen tránsito seguro y constante.
Dentro de las propuestas se contempla el uso de corredores cercanos para vehículos livianos, como el tramo Une–Chipaque, cuya rehabilitación debería asumir la Gobernación de Cundinamarca, y la ruta Cáqueza–Choachí–Bogotá, que estaría a cargo del Ministerio de Transporte, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y el Invías.Para el transporte pesado, la Veeduría plantea mantener el tránsito por la vía actual, pero con ampliación de horarios de circulación que permitan mejorar el flujo vehicular.
La entidad alertó que esta es una medida necesaria para mitigar una crisis que podría prolongarse durante meses y que ya ha tenido un fuerte impacto en la economía regional y en la vida de millones de colombianos que dependen de este corredor.
El derrumbe registrado en el kilómetro 18+600 de la vía al Llano, sobre jurisdicción de Chipaque, mantiene bloqueado el corredor desde hace más de una semana.
El lunes 15 de septiembre se puso en marcha la Fase 0 del plan de movilidad, con la apertura parcial de un corredor alterno que permitió evacuar los vehículos represados en sectores como Abastos y El Uval, mediante la habilitación temporal de la carretera antigua por parte de Coviandina.
La Veeduría recordó que en el trazado de la vía al Llano se han identificado cerca de 200 puntos de riesgo asociados a deslizamientos, erosiones y pérdida de banca, de los cuales 55 son considerados críticos, lo que evidencia la vulnerabilidad del corredor vial más importante entre Bogotá y los Llanos Orientales.
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