La reciente suspensión del pesaje obligatorio de camiones en la vía Bogotá–Villavicencio ha encendido las alarmas sobre la seguridad estructural del corredor vial más importante de los Llanos Orientales. Coviandina, concesionaria encargada de la operación y mantenimiento de la vía, advirtió a la Superintendencia de Transporte que la medida, adoptada por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) en acuerdo con el llamado Comité del Paro Vía al Llano, podría tener graves consecuencias para la estabilidad de varios puentes y la integridad de miles de conductores que transitan a diario por este eje vial.
El control de peso, que funcionaba como un “semáforo de carga” para evitar el paso de vehículos con sobrepeso, fue suspendido desde el pasado 30 de septiembre. Según la ANI, la decisión es temporal y busca facilitar la movilidad mientras avanzan las obras en el kilómetro 18. No obstante, Coviandina sostiene que la medida es “ilegal y técnicamente riesgosa”, pues sin el pesaje obligatorio los puentes podrían deteriorarse aceleradamente o, en el peor de los casos, colapsar.En una carta enviada a la Superintendencia de Transporte, la concesionaria recordó que la obligación de pesar los vehículos de carga está establecida por ley y no puede suspenderse mediante acuerdos entre entidades sin competencia. “No es susceptible de suspensión o exclusión a través de acuerdos de voluntades entre una entidad pública carente de competencias para el efecto y un particular”, advierte el documento, que solicita la intervención inmediata del Estado para restablecer los controles.
El informe de Coviandina identifica tres estructuras con alto nivel de vulnerabilidad: los puentes Susumuco, Aserrío y el metálico de Naranjal, este último instalado por el Ejército en 2023 tras una avalancha.
- Puente Aserrío: presenta fisuras, socavación en los cimientos y riesgo de desplazamiento estructural.
- Puente Susumuco: requiere reforzamiento o reemplazo, según informes técnicos de 2020.
- Puente metálico de Naranjal: es provisional y tiene limitaciones estrictas de carga.
La concesionaria recordó que en septiembre fueron pesados 40.086 vehículos de carga, equivalentes al 60 % del total que circuló por la vía, y que 83 de ellos excedieron el peso permitido. Sin control de básculas, ese sobrepeso transitaría sin restricción por los tramos más frágiles del corredor.
Riesgos y responsabilidades
Coviandina fue enfática en señalar que cualquier incidente derivado del exceso de carga recaería en la responsabilidad directa de la ANI. “El deterioro del pavimento, las fisuras en los apoyos y el eventual colapso de los puentes son consecuencias previsibles”, indicó.
La empresa recordó que cada camión con sobrepeso multiplica el esfuerzo sobre la estructura, acortando drásticamente su vida útil. El daño, advierte, no siempre es visible de inmediato: “se acumula como una grieta que crece silenciosamente hasta que un día cede”.
El tránsito por el corredor Bogotá–Villavicencio continúa habilitado por franjas horarias, en ambos sentidos, debido a los trabajos que se realizan en el kilómetro 18.
Sentido Bogotá – Villavicencio
- 12:00 a. m. a 3:00 a. m.
- 6:00 a. m. a 9:00 a. m.
- 12:00 p. m. a 3:00 p. m.
- 6:00 p. m. a 9:00 p. m.
Sentido Villavicencio – Bogotá
- 3:00 a. m. a 6:00 a. m.
- 9:00 a. m. a 12:00 p. m.
- 3:00 p. m. a 6:00 p. m.
- 9:00 p. m. a 12:00 a. m.
Mientras se mantiene la medida, la concesionaria insiste en que la falta de control de peso puede traducirse en un deterioro acelerado de la infraestructura vial y en un riesgo latente para la movilidad del país.

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