El asentamiento humano El Palmar, ubicado en Villavicencio, dio un paso clave en su proceso de legalización, tras completar con éxito la jornada de cartografía social, uno de los requisitos técnicos fundamentales para avanzar hacia el reconocimiento jurídico del barrio.
En paralelo, los niños y niñas del sector plasmaron su visión de futuro mediante dibujos, en los que imaginaron un barrio con parques, zonas verdes, escuelas y canchas deportivas.
Según explicó Sofía Arias, psicóloga que acompañó el proceso, la cartografía social busca que los mismos habitantes sean protagonistas en la reconstrucción colectiva de los hechos más relevantes en la evolución de su territorio. El ejercicio permite fortalecer la identidad barrial y visibilizar las necesidades sentidas de la comunidad.
“El objetivo es que los propios residentes sean parte del proceso de transformación de su entorno”, señaló la profesional.
El camino hacia la legalización de El Palmar comenzó con una encuesta socioeconómica aplicada a las 130 familias que integran el asentamiento. Esta herramienta permitió caracterizar tanto a los hogares como a los predios, y establecer un diagnóstico real de sus condiciones de vida.
Desde el barrio, la habitante Luisa Esperanza Zipagauta destacó el impacto de este proceso para la comunidad:
“Nosotros hace cinco años empezamos esta lucha por la legalización. Esto nos permite tener mejores condiciones, más servicios y una esperanza de futuro para nuestros hijos y vecinos”, afirmó.
Para este año, la Dirección de Formalización y Mejoramiento Integral de Barrios se ha propuesto avanzar con la legalización de dos barrios, de los diez incluidos en el Plan de Desarrollo de Villavicencio, lo que representa un avance importante en el cierre de brechas urbanas en sectores históricamente excluidos.
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