Fue concejal y luego alcalde de Villavicencio. Para llegar a este último cargo, demostró una sorprendente capacidad camaleónica para adaptarse a las prácticas de la política tradicional, precisamente aquellas que criticó con vehemencia durante su campaña. Esta incongruencia no es ajena a la izquierda en Colombia: predican pureza, pero practican lo contrario cuando llegan al poder.
Lo que sorprende hoy es el cinismo con el que Harman se refiere a figuras de la política regional, como Juan Guillermo Zuluaga Cardona, a quien señala como un político empeñado en controlar todos los espacios de poder en el departamento.
En una entrevista concedida a un periodista local, el hoy director de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) criticó la manera en que, según él, Zuluaga domina entidades clave como Cormacarena, Unillanos, la misma Gobernación del Meta y varias alcaldías.
“Para nadie es un secreto que el señor Juan Guillermo Zuluaga anda a sus anchas con el poder en el departamento del Meta. Evidentemente esa práctica no es sana y la gente está mamada de ese monopolio absurdo”, dijo Harman en esa entrevista.
Hasta este punto, parecería que habla un hombre comprometido con el bienestar del Meta. Pero la realidad, como suele ocurrir en política, es más compleja.
El doble rasero de Harman
Durante una reunión del Partido Comunista Colombiano (PCC), un militante de esa organización, José Rincón —quien fue asesor jurídico de la Alcaldía de Villavicencio en el gobierno de Harman y luego contratista de la ANT— denunció prácticas clientelistas por parte de quien hoy se autoproclama líder del progresismo en el Meta.
Según Rincón, Harman estaría entregando contratos a personas ajenas al proyecto político del presidente Gustavo Petro, incluso a sectores cercanos al Centro Democrático y al propio Zuluaga.
“Fui parte de la ANT. Hoy, muchos de los que están allá provienen de sectores claramente identificados con la derecha, incluso del Centro Democrático, y son cercanos al exgobernador Juan Guillermo Zuluaga”, denunció.
Entre los nombres que mencionó están:
- Ricardo Martínez, exdirector del Fondo Social para la Educación en la Gobernación de Zuluaga.
- Freddy Hernán Pérez, exalcalde de Granada y cercano a Cambio Radical.
- Jenny Montaño, exconcejal de Villavicencio por el mismo partido.
También mencionó al diputado Wilmar Barbosa Rozo, a quien Harman acusó años atrás de querer entregar el alumbrado público a privados. Hoy, según Rincón, Barbosa tendría gente de su equipo contratada en la ANT, como parte de un acuerdo político para apoyar la candidatura de José Manuel Sandoval a la Cámara, ficha política del actual director de la entidad.
“El proyecto político de Harman es el de José Manuel Sandoval, eso todo el mundo lo tiene claro”, sentenció Rincón.
¿Harman controla las tres curules del Meta?
Las denuncias van más allá. Rincón señaló que Jaime Rodríguez Contreras, actual representante a la Cámara —apoyado inicialmente por Zuluaga— tendría miembros de su Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) con contratos activos en la ANT.
También vinculó a Carlos Vallejo, suplente en la lista que llevó a Juan Diego Muñoz Cabrera al Congreso y quien ocupó la curul tras su renuncia. Según Rincón, Vallejo también tendría vínculos contractuales con la ANT.
Y, por supuesto, mencionó a Gabriel Parrado, representante del Pacto Histórico, cuya elección fue producto de una fuerte inversión política del grupo de Harman en el Meta. Una apuesta que, según se rumora, no cayó bien en la Casa de Nariño, al punto de que Parrado estuvo cerca de quedarse sin curul.
¿Con qué autoridad?
Con este panorama, la pregunta resulta inevitable: ¿Tiene Juan Felipe Harman Ortiz autoridad moral para denunciar los vicios de otros, cuando reproduce las mismas prácticas que dice combatir?
Resulta irónico que acuse a Juan Guillermo Zuluaga de querer controlar todos los espacios de poder, cuando su propio grupo ha hecho hasta lo imposible por quedarse con la dirección de Cormacarena, el consejo directivo de Unillanos, la Cámara de Comercio, y hasta con las Juntas de Acción Comunal, en un esfuerzo desesperado por lograr el dominio político total.
A eso se suma su abierta persecución a quienes se atreven a cuestionarlo, así como el uso político que estaría dándole a la ANT para construir un proyecto personal con sabor a caudillismo, disfrazado de progresismo.
No hay comentarios
Tu opinión es importante, compártela con nosotros, guardando respeto por los demás y cuidando tu lenguaje